Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.








lunes, 6 de junio de 2011

¿Pastillas para no pensar en ti? Una caja de esas, por favor!


Sí, y ahora no sabes cuanto me arrepiento de haberme callado esa noche. De lo que no llegó a pasar. Del beso que te podría haber robado. De todas esas cosas que me gustaría haberte dicho. Pero fui tan tonta que no me di cuenta y lo dejé pasar, sin saber que perdí mi oportunidad, esa que tal vez ya no podré volver a tener.
Puede que ya no nos volvamos a ver, pero qué mas da. Sólo quería que supieras que aun tengo una pequeña esperanza de que se repita ese momento para no desperdiciarlo ni echarlo a perder... porque bueno, he de reconocerlo, siempre me has gustado, y nunca me perdonaré haberte dejado escapar de esa manera. Ahora me toca vivir con las consecuencias y con la incertidumbre de si tal vez tu sentiste lo mismo en ese momento.


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