Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.








domingo, 5 de junio de 2011

Disfruta. Vive

Y muchas personas desean cumpliar años, y tener los 18, salir de fiesta, ligar, dejar el instituto, tirar el DNI al portero en la cara porque estás cansado de oír un 'no entras'. Pero espera, frena. Disfruta de los días, no los vivas con prisas. La época de ser un bebé es la mejor de todas. No tienes problemas, no te comes la cabeza, vives la vida, sonriendo y estando al lado de los que más te quieren. No tienes vergüenza, todos son tus amigos, con todos te ríes, con todos juegas. No existen los estereotipos, ni los 'qué dirán', no te crítican, todos disfrutamos de la compañía de unos y otros. Cuando llegas al instituto, y eres adolescente, todos tus problemas se centran en el colegio, los estudios, examenes, conseguir la media para estudiar lo que quieres, dejar de vestir de una forma u otra porque no es lo que piden o por miedo a 'críticas', estás más pendiente de si estás guapa que de ser feliz. Y no te das cuenta, que dejar el instituto no es algo de lo que estar orgulloso. Lo echas de menos, tarde o temprano. Las risas, los momentos, los amigos, verlos todos los días, meternos con los profesores y reirnos de nuestras caídas o nuestras torpezas. De los momentos en el recreo, del primer amor, primer beso.... Y entonces, cuando dejas el instituto, te enfrentas con problemas mayores, los que dan mil vueltas a lo que tu considerabas antes 'problemas'. Te haces mayor, tienes responsabilidades, tienes que trabajar, apenas tienes libertad....y entonces es cuando te das cuenta, que ser mayor no es tan bonito como lo pintaban, que dejar el instituto no era el mayor de tus deseos, que perder el contacto con los amigos no es algo por lo que enorgullecerse. Has cambiado, dejaste de creer en los cuentos que te hacían sonreír y soñar, que alimentaban tu imaginación. Los Reyes Magos, Papá Noel, el Ratoncito Pérez, Sirenas, Piratas, Peter Pan....y lo echas de menos. Y te preguntas en qué momento, dejó Peter Pan de visitar tu ventana, quizás será porque ya no tenía cuentos que escuchar, porque ya, no tienes tiempo ni ganas de creer en eso.
Y cuando llegas a ser adulto, y te da por pensar, caes en la cuenta, de cuantos segundos, minutos, horas, días, meses e incluso años, lo has perdido en tonterías, y no te centraste en disfrutar cada etapa de tu vida como se merecían.

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