Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.
martes, 8 de febrero de 2011
¿Vale realmente perder la memoria?
Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un recuerdo, un momento, hasta un año de nuestras vidas. Olvidarlo todo y hacer como si no hubiese existido. Desearlo con toda tu alma y no tener la recompensa que esperas. Cuántas veces deseaste volver a ser un niño, donde los problemas no existían, donde vivías en tu pequeña burbuja donde el único problema era que tu amigo tenia un juguete que tú no. Cuantas veces deseaste volver a un instante y borrar todo lo que has dicho, todo eso que en un minuto hiciste o te hicieron daño. Si desearamos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase ''comenzar de nuevo'' ¿cuántas cosas nos perderíamos? Serían aquellos recuerdos que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan, aquellos recuerdos que no eres capaz de ver cuando estás mal. Perderíamos el calor del primer beso, la sensación de aquel amanecer tan perfecto. La nostalgia por amores pasados, la inocencia perdida. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que tanto nos hicieron llorar, el dolor que te hizo ser quien eres ahora, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro e inocente. ¿comienzas una nueva vida o solo matas a otra llena de bellos recuerdos? Dejamos una vida que nos da infinitas oportunidades de soñar con un futuro perfecto que no existe, pero que te alegra solo de pensar que pudiese ser así. Dejas atrás un pedazo de cielo que no sabes lo que te espera, amigos, familias, sentimientos. ¿Vale la pena comenzar de nuevo?
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