Ya no eres como yo pensaba, tantos sueños tirados por la borda en menos de un minuto y con solo algunas palabras. Nadies es como aparenta ser. Si quieres hacer daño ; hazselo a la gente que te odia, no a la que te quiere y a la que lo daría todo por verte bien, que daría todo solo por verte feliz. No destroces un corazón cuando tú estás dentro, porque lo único que consigues es que cuando te arrepientas de todo lo que has dicho, ese hueco en el que solo estabas tú, estará otro. Y ya no valdrán lloros ni lamentos, arrepentimientos ni palabras bonitas, demasiadas oportunidades y no aprovechaste ninguna.
Piensa lo que dices, puede que esta noche sea otra persona la que quite el pintalabios de mi boca.
Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.
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