Juguemos a nuestros juegos y volvamos a hacer el amor encima de la mesa de la cocina, o en cualquier probador de una tienda, y a detener el ascensor entre el tercero y el cuarto de tu edificio porque las ganas no nos dejan llegar arriba; pero no me enamores.
Vuelve a llevarme corriendo de portal en portal para ver los amaneceres de verano en esta ciudad, tan tuya como mía.
Agítame el corazón de la risa y susurrame otra vez frases subidas de tono en medio de un bar de copas, rodeados de gente.
Permíteme sorprenderte, encender tu piel con mis dedos y arrancar tus gemidos con mis besos.
Pero no me dejes enamorarte.
Ríete conmigo en mi risa, leeme el pensamiento y vamos a pasear por la ciudad ya en silencio si no podemos dormir.
Mánchame la nariz de helado y guíñame el ojo disimuladamente si nos separan trece metros y el resto del mundo.
Pero no me enamores.
No me enamores ... porque el corazón me explotaría si me enamorara un poquito más.
No me enamores ... porque el corazón me explotaría si me enamorara un poquito más.
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