Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.








martes, 20 de septiembre de 2011

Vuelve a mi una y otra vez.

 ..No me sueltes la mano, hazme quedarme sin respiración; pero no me enamores.
Juguemos a nuestros juegos y volvamos a hacer el amor encima de la mesa de la cocina, o en cualquier probador de una tienda, y a detener el ascensor entre el tercero y el cuarto de tu edificio porque las ganas no nos dejan llegar arriba; pero no me enamores.
Vuelve a llevarme corriendo de portal en portal para ver los amaneceres de verano en esta ciudad, tan tuya como mía.
Agítame el corazón de la risa y susurrame otra vez frases subidas de tono en medio de un bar de copas, rodeados de gente.
Permíteme sorprenderte, encender tu piel con mis dedos y arrancar tus gemidos con mis besos.
Pero no me dejes enamorarte.
Ríete conmigo en mi risa, leeme el pensamiento y vamos a pasear por la ciudad ya en silencio si no podemos dormir.
Mánchame la nariz de helado y guíñame el ojo disimuladamente si nos separan trece metros y el resto del mundo.
Pero no me enamores.
No me enamores ... porque el corazón me explotaría si me enamorara un poquito más.

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