Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.








martes, 31 de mayo de 2011

already i do not believe in the real love..only in the sex without control

Quisiera poder decir que en los cuentos de hadas todo es perfecto, una princesa perfecta, con su príncipe perfecto, su hada madrina perfecta, un amor perfecto y un final perfecto. Pero… Me he dado cuenta de que todo es mentira.

No hay nada de perfecto, en un cuento de hadas. A mi parecer, los cuentos de hadas no existen, hay que dar paso a la realidad. Por ejemplo, teniendo en cuenta a la mala de la historia, la bruja sexy y esas cosas. ¿Qué tiene de malo que haya una “mala mujer” que intente quitarle el príncipe a la dulce, tierna y bondadosa princesa de belleza infinita? Por que, si comparamos a la mala “sexy” con la princesa “bondadosa”… No creo que el príncipe sea tan gilipollas como para pasar de esa bruja tan sexy por una enclenque niñata aburrida y sin ningún tipo de jugo.

En ese caso, princesa, si no quieres que tu príncipe se vaya con unas “brujas sexys”… Es la hora de cambiar tu vestuario y tu forma de ver la vida querida.

Modifiquemos los vestidos largos de encajes brillantes de colores pastelosos con hermosos collares y coronas sobre ese lacio y hermoso pelo largo… Y vamos a arrancar el largo del vestido para convertirlo en una falda corta, para mostrar bien tus encantos, arrancaremos esos brillantes encajes para que se pueda ver bien ese escote que Dios te ha dado y ese precioso pelo bien peinado, vamos a desmelenarlo levemente para darle un toque salvaje y sensual. Ahora, querida, quítate esa corona y ponte medias de rejilla con unos buenos taconazos de aguja.

¿Ya estás, princesa? Pues ahora coge a tu príncipe y enséñale todo lo bueno.

¿Quién dijo que los cuentos de hadas tenían que terminar bien?

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