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No hay nada de perfecto, en un cuento de hadas. A mi parecer, los cuentos de hadas no existen, hay que dar paso a la realidad. Por ejemplo, teniendo en cuenta a la mala de la historia, la bruja sexy y esas cosas. ¿Qué tiene de malo que haya una “mala mujer” que intente quitarle el príncipe a la dulce, tierna y bondadosa princesa de belleza infinita? Por que, si comparamos a la mala “sexy” con la princesa “bondadosa”… No creo que el príncipe sea tan gilipollas como para pasar de esa bruja tan sexy por una enclenque niñata aburrida y sin ningún tipo de jugo.
En ese caso, princesa, si no quieres que tu príncipe se vaya con unas “brujas sexys”… Es la hora de cambiar tu vestuario y tu forma de ver la vida querida.
Modifiquemos los vestidos largos de encajes brillantes de colores pastelosos con hermosos collares y coronas sobre ese lacio y hermoso pelo largo… Y vamos a arrancar el largo del vestido para convertirlo en una falda corta, para mostrar bien tus encantos, arrancaremos esos brillantes encajes para que se pueda ver bien ese escote que Dios te ha dado y ese precioso pelo bien peinado, vamos a desmelenarlo levemente para darle un toque salvaje y sensual. Ahora, querida, quítate esa corona y ponte medias de rejilla con unos buenos taconazos de aguja.
¿Ya estás, princesa? Pues ahora coge a tu príncipe y enséñale todo lo bueno.
¿Quién dijo que los cuentos de hadas tenían que terminar bien?
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