Amor. Sueños. Felicidad. Sonrisas. Tú sonrisa. Tu forma de mirarme. La facilidad con la que suben los colores por mis pálidas mejillas tornándolas de un suave rosado. Ver tu silueta al final del camino esperándome con la mano tendida. Que seas la primera persona que vea al despertar. Convertirte en esa estrella que nunca se apaga. Que no seas el típico príncipe azul. Que tengas en tu rostro una sonrisa traviesa. Que después del bofetón llegue el beso. Que después de cada discusión venga una mejor reconciliación. Pasar noches de pasión desenfrenada entre tus sábanas. Que tu saliva curen mis heridas. Notar tu lengua en cada parte de mi cuerpo. Que tu risa alimenten mis oídos. Que me hagas callar con un beso, o dos, o tres... Sentir que puedo contar contigo. Dejarte marcado un beso en el cuello. Escribirte con una barra de labios un te quiero. Dejarte marcada mis uñas en tu espalda. Abrazarte hasta perderme. Cumplir mis deseos más profundos. Susurrarte palabras al oído. Estremecerme con cada caricia tuya. Que en nuestra relación nunca falte la pasión. Que me beses con dulzura, con cariño, y con ternura, que me muerdas el labio y pasemos a un beso menos controlado. Que tu lengua baile junto a la mía, que se entrelazen, que hagan un pulso sin que haya vencedor. Morderte la lengua. Apreciar tu sabor. Que me entren escalofríos al notar tu respiración cerca de mi cuello. Que me susurres un: vas a quererme. Que tus manos recorran mi cuerpo. Que las mías desabotonen tu camisa. Y dar paso a ese deseo que no se piensa resistir, que rompe todas nuestras normas establecidas.








lunes, 24 de octubre de 2011

Rompiendo las reglas.

Sí. Tu ausencia, es complicada. Es dolorosa. Pero a la vista está, que no imposible.
Las promesas rotas, también son complicadas ; Difíciles de cumplir y más aún de sobrellevar cuando ya están destrozadas y hechas añicos a modo de gritos.
El pensar en un futuro sin ti, también es complicado. Hiriente. Pero ... ni mucho menos imposible.
Ponerte a soñar, a divagar, a darle vuelta a las posibilidades, a esos sueños que aún nos faltaban por coser, a esas noches que aún nos quedaban por llenar de gemidos, susurros y secretos, a esos días cargados de risas infantiles y chupetes.
A ese futuro que antes se me antojaba tan ansiado, y hoy tan desdichado.
Pero las cosas difíciles siempre han sido mi fuerte. Lo prohibido siempre fue nuestro mejor amigo.
A la hora de desatar la lujuria y el placer acumulado, él lo sabe mejor que nadie.
Ir más allá y saltarnos las normas se convirtió en uno de nuestros mayores y mejores pasatiempos.
Y sí, aquí estoy yo, volviendo a saltarme las reglas una vez más para volver a confiar.
¿ En él ?
No.
Eso nunca más.
Ahora toca confiar en mí y en mi capacidad de avanzar, sola.
Seré feliz.
Juro que lo seré aunque sea la última cosa que haga en el mundo
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario